La noticia de que la OCDE ha aplazado las negociaciones encaminadas a establecer una fiscalidad digital global hasta mediados de 2021, presentada varios días antes de la cumbre de ministros de finanzas y de gobernadores de bancos centrales en los países del G-20 reunidos este miércoles bajo la presidencia de Arabia Saudí, coincide con otras muchas sobre los proyectos de un creciente número de países como España de poner nuevos impuestos a las digitales, y de Estados Unidos y la Unión Europea para mejorar las políticas de competencia a fin de evitar abusos de su poder de mercado, en los EEUU con acciones ex-post y en la UE con acciones preventivas o ex-ante.
La OCDE decidió posponer hasta mediados de 2021, sin dar una fecha concreta, la puesta en marcha de la conocida como tasa Google, que aspira a gravar a las grandes multinacionales digitales norteamericanas, como Apple, Facebook, Amazon o el propio gigante de internet, aunque también podría afectar a las emergentes bigtech chinas, como Alilaba y Alipay en la medida en que se abren al exterior.Pero la Comision UE avisó este martes a la OCDE de que fijará su propia tasa Google si no hay acuerdo a mediados de 2021. La explicación es que, además de numerosos países como España, la propia Unión Europea (UE) busca recaudar con esa nueva tasa demorada ya más de una década al menos 1.300 de los 42.000 millones con los que piensa financiar los 750.000 millones de transferencias fiscales y créditos para ayudar a combatir la pandemia a sus países miembros, impuestos donde la mayoría recaerán sobre el carbono en formas como los impuestos sobre el diesel y otros combustibles no renovables.
Aunque de diferente naturaleza, los intentos reiterados aunque nunca realizados plenamente en los últimos años de atajar esos dos problemas coinciden a su vez con noticias sobre el gran aumento de la actividad y beneficios de las bigtech durante la pandemia, que convive con la crisis acentuada en otros sectores tradicionales y con la aceleración de las desigualdades. Pero una y otra vez la OCDE y el G-20 aplazan el control fiscal de las grandes digitales, como sucedió hace más de un año en la cumbre del G 20 en Osaka que esperaba aprobar el impuesto sobre las digitales el 28 y 29 de junio de 2019
Sin embargo, a los problemas de fiscalidad, competencia y aprovechamiento de las desigualdades (agravados por la evidencia de las alzas bursátiles de los últimos meses, alimentadas por las políticas de expansión monetaria teoricamente dirigidas a evitar el cierre de empresas tradicionales) se suman otros no menos relevantes: los de privacidad o tráfico de datos privados y los de resistencia a las regulaciones que afectan a otros sectores (casos de banca y seguros y las nuevas fintech e insurtech que crecen desreguladas), apalancados por la falta de gobernanza democrática, mientras algunas de esas grandes digitales se hacen más poderosas que la gran mayoría de los estados-nación del mundo.
En materia fiscal, inicialmente la OCDE se había propuesto cerrar un marco consensuado por los 135 países implicados antes del fin de 2020. No obstante, el organismo promovido por los EEUU tras la II Guerra Mundial para favorecer el desarrollo en Europa ha presentado un borrador que espera que sirva para avanzar hacia el acuerdo: en él se plantea que las empresas tecnológicas paguen impuestos en los lugares donde obtienen beneficios y que todos los países fijen un umbral mínimo de recaudación, si bien de forma más suave y nuevamente con demoras que ya acumulan lustros en el debate, hasta el punto de que son casi medio centenar los países que por su cuenta tienen proyectos de imposición a las digitales, aunque en algunos países como España también sucesivamente aplazados hasta ahora.
En este contexto, la OCDE anuncio el lunes (ver recuadro inferior) que la comunidad internacional ha logrado avances sustanciales para encontrar una solución a los desafíos fiscales derivados de la # digitalización de la economía y acordó llevar el proceso a una conclusión exitosa a mediados de 2021.
Entre tanto, medios periodísticos de referencia internacional como The Economist dudan esta semana que políticas de competencia como la de abrir expedientes de investigación y multas a digitales como Google, Facebook, Amazon y otras, extendidas antes en la UE a gigantes de los pagos como Visa y Mastercard, lleguen a soluciones distintas que las aplicadas contra Microsoft; es decir, a que la prueba se prolongue durante años y sea una distracción para Google, aunque es probable que termine en un acuerdo olvidable, incluso bajo el presidente Joe Biden.
Los cambios reguladores, mayor preocupación de las bigtech
Lo que sí preocupa a las grandes digitales es que los intentos de regulación y control ex-ante se extiendan por por la UE y afecten incluso también a los EUU, como esta sucediendo este mes de octubre.
En efecto, el pasado día 6 de octubre un comité del Congreso norteamericano publicó un informe de 449 páginas sobre cómo Estados Unidos debería actualizar su ley de competencia, tras hacer comparecer durante varios dias a principios de verano a los principales presidentes o CEOs de las bigtech y que según los expertos retrata con precisión cómo Apple, Amazon, Google y Facebook han utilizado su poder de monopolio para actuar como guardianes del mercado. Días antes se filtró una larga lista de medidas que se incluirán en la Ley de Servicios Digitales de la UE, un ambicioso paquete regulatorio que se espera para principios de diciembre.
Ha sido resultado de una investigación parlamentaria de 16 meses en la Cámara de Representantes, dirigida por el demócrata David Cicilline. A pesar de la polarización política de los EEUU gran parte del diagnóstico cuenta con el apoyo de demócratas y republicanos. Pero pese a esos acuerdos en el diagnóstico los dos grandes partidos discrepan sobre qué hacer al respecto. Los demócratas quieren que las grandes tecnológicas digitales separen su línea principal de negocios de otras actividades, mientras que los republicanos rechazan estas medidas por considerarlas demasiado intervencionistas y proponen modificar las leyes antimonopolio existentes.
No obstante, las grandes digitales han salido en tropel y han tocado a rebato con sus criticas. Amazon cuestionó el informe diciendo que la presunción de que el éxito sólo puede ser el resultado de un comportamiento anticompetitivo es simplemente incorrecta, mientras que Apple, Facebook y Alphabet (matriz de Google) emitieron declaraciones similares. Pero como dice The Economist para que se apruebe algo significativo en el Congreso, el próximo mes de noviembre los demócratas deben ganar no solo la presidencia de los EEUU, sino también una gran mayoría imposible mas que en la fantasia en el Senado.
En cambio, preocupa especialmente a las bigtech lo que se mueve en Europa, donde tras haber intentado sin apenas éxito cambiar el comportamiento de los gigantes tecnológicos con investigaciones antimonopolio y multas, la UE está apostando por más políticas ex ante: prohibir en primer lugar que los grandes guardianes se involucren en “prácticas desleales”. El documento filtrado enumera 30 prácticas de este tipo, que van desde plataformas que favorecen sus propios servicios hasta su negativa a trabajar con competidores.
Los reguladores de la UE preparan una lista de 20 compañías (todas las grandes de EEUU y alguna de China) a las que forzarán a dar pasos como compartir información con sus rivales, según informó este lunes el ‘Financial Times’. El objetivo de las autoridades europeas es reducir el poder descomunal que estas empresas han adquirido en el mercado. Las grandes compañías de la lista tendrán unas exigencias más estrictas que los competidores más pequeños, según publicó ayer el Financial Times, citando como fuente dos personas familiarizadas con el asunto.
Las nuevas normas obligarán a las compañías a compartir datos con rivales, así como a ser más transparente sobre cómo recopilan información. Las compañías de esta lista serán elegidas según una serie de criterios, como la participación de mercado en los ingresos y el número de usuarios, así como aquellas que son consideradas tan poderosas que los rivales no pueden comerciar sin emplear sus plataformas.Compañías como Facebook, Google, Amazon o Apple podrían estar entre las 20 tecnológicas del listado. “El inmenso poder de mercado de estas plataformas no es bueno para la competencia”, indicó una de las fuentes citadas por el diario británico.
Esta iniciativa es parte de un movimiento más amplio con el que Bruselas trata de forzar a los gigantes tecnológicos a cambiar sus prácticas empresariales sin necesidad de completar una investigación que demuestre que han violado las normas vigentes. La idea es ir más allá de las multas, que logran un efecto menor en empresas que nadan en millones de liquidez, y empujar a estas compañías a dar pasos más efectivos, como compartir información con sus rivales.
Valoraciones sobre la decisión fiscal de OCDE y G20
La OECD – OCDE ha lanzado una advertencia clave ante el retraso en la negociación del #impuesto #digital global y consensuado:
⚠️ Que cada país acabe imponiendo su propia #tasaGoogle puede desembocar en una escalada de conflictos comerciales que podría restar un 1% al Producto Interior Bruto mundial.
Para ponernos en contexto, la caída provocada por el coronavirus se estima en alrededor del 2,4%.
Precisamente el organismo que dirige Angel Gurría también destaca que es pronto para estimar el efecto de la #covid19 en sus escenarios, pero el negocio de los gigantes digitales ha salido claramente reforzado de estas crisis.
España acaba de aprobar su tasa Google de forma preventiva, hasta que se logre acuerdo en París. Pero, ¿qué ocurriría si fracasa?
Seguramente seríamos uno de los grandes perdedores en ese conflicto, que terminaría de socavar los cimientos fiscales de la #UniónEuropea en un momento tan delicado como la reconstrucción tras la pandemia.
Si los países más generosos fiscalmente con los emporios digitales se enfrentan a Bruselas, y esta a su vez con Estados Unidos, nos pillará completamente en medio. Así que nos conviene que este acuerdo se logre
"El comunicado de la OCDE empieza diciendo que "la comunidad internacional ha realizado avances importantes en el logro de una solución a largo plazo y consensuada para los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía, y ha convenido seguir trabajando para alcanzar un acuerdo a mediados de 2021, según la Declaración publicada hoy (12/10/2020 . Vea la retransmisión en directo.