En esta línea de prudencia nos hemos mantenido a lo largo del año, cuando se han visto previsiones de cierre por parte de diferentes organismos, tanto internacionales como nacionales, del 4% y similares.
El dato de crecimiento del último trimestre, 0,5%, marca la posible proyección de los dos próximos trimestres, dando absolutamente por sentado que el crecimiento del 0,7% del primer trimestre fue un mero rebote técnico. Tras resumir la situación como preocupante, tanto por causas geopolíticas externas como por la parálisis política interna, ofrecen este cuadro:
OBSERVATORIO FINANCIERO, AGOSTO 2019
2019 | 2020 | ||||||
PIB | 2,2% | 1,9% | |||||
Inflación | 1,3% | 2% | |||||
Paro | 13,7% | 13,25% | |||||
Consumo | 1,7 % | 1,6% | |||||
Exportaciones | 2% | 3% | |||||
Tasa de ahorro | 5% | 6% | |||||
Bono a 10 años | -0,1% / 0,3% | 0,3% / 0,8% |
La caída del sector exterior ha seguido creciendo, pero en menor porcentaje que en el año anterior, lo que supone una aportación prácticamente nula al crecimiento, motivada por la crisis que afecta a los países de la zona euro, principal destino de nuestras exportaciones. Ello ha hecho que el superávit de nuestra balanza por cuenta corriente que arrastrábamos pase a niveles negativos. También se constata la debilidad de la demanda interna por la pérdida de confianza de empresas y el aumento de la prudencia en los hogares, haciendo que aumente el ahorro, tanto tiempo estancado en mínimos. En ambos casos influye la inestabilidad geopolítica mundial y a la incertidumbre interna por la falta de Gobierno. Es arriesgado decir cuánto está afectando esto último al crecimiento; en nuestro caso estimamos que algunas décimas, quizás no más de tres. Nos parece exagerado hablar de que sean puntos porcentuales. No podemos olvidar tampoco que Cataluña, que sumaba al PIB de forma positiva al crecer por encima del resto del país, se ha igualado en crecimiento a éste e incluso con signos de hacerlo de forma menor. No solo no suma, sino que puede estar comenzando a restar.
La inversión –por desconfianza empresarial– y el consumo –por similares razones en los hogares– se debilitan. Desde junio también se nota un cambio de signo en la evolución exacerbada de la vivienda. Se desacelera la industria, segundo sector después de servicios con mayor peso en nuestro PIB. Ello unido a que el mercado de trabajo presenta después de los datos de julio signos de estancamiento, así como un turismo que se resiente, aunque todavía sin sufrir las consecuencias de lo que está por venir por el Brexit. Todo esto contribuye a pensar que estamos ante una desaceleración económica, que debe confirmarse en los próximos trimestres.
Las previsiones de crecimiento de la tasa de inflación vuelven a ajustarse con respecto a meses anteriores. Entendemos que no debe superar el 1,3 % al final del ejercicio. Transcurridos 8 meses del ejercicio 2019, el IPC es del orden del 0,5% en tasa anual.
En el caso del bono español a diez años, el miedo que ha inundado los mercados y la huida de los inversores hacia la renta fija, el oro o divisas refugio hacen que nuestras previsiones se adapten a una situación tan atípica, en la que la política de los bancos centrales y ese pavor de los inversores nos acerquen al modelo japonés.
En este contexto de falta de Gobierno, se ve aparcado el grave problema de las pensiones que afecta al control del déficit y la deuda, que sigue disparándose (aunque afortunadamente baja el coste de su financiación y se alarga su duración media), así como el problema sobrevenido en las Comunidades Autónomas al no cobrar los anticipos del presupuesto 2019 y la liquidación del IVA correspondiente al ejercicio del 2017. Ello está poniendo en peligro no solo la atención de servicios básicos de las mismas, sino también el control del déficit en la parte que les corresponde.
El Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas elabora –además de las previsiones mensualessobre el PIB, la inflación y la tasa de desempleo– los informes cuatrimestrales con el análisis de la situación financiera y de todos los parámetros que le afectan, así como de la información diaria que se puede seguir en la web (http://www.
Economistas Asesores Financieros (EAF-CGE)
El Consejo General de Economistas creó EAF en 2008, para coordinar la actividad de los economistas en el ámbito del ejercicio profesional del Asesoramiento Financiero en materia de inversión tras la transposición de la Directiva MiFID a la normativa española.En la actualidad, EAF-CGE es la entidad más representativa del sector y está integrado por 124 EAF, lo que supone el 80% de las 161 Empresas de Asesoramiento Financiero inscritas en la CNMV.
El Consejo General de Economistas de España coordina y representa en los ámbitos nacional e internacional a todos los Colegios de Economistas y de Titulares Mercantiles de España, y ordena y defiende el ejercicio profesional de sus colegiados. En la actualidad hay 55.000 colegiados entre los 48 Colegios existentes.