jueves,18 agosto 2022
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La pandemia aceleró la necesidad de reciclaje profedional pero redujo más sus oportunidades

El aprendizaje permanente es cada vez más decisivo para que los adultos aumenten sus capacidades y las actualicen en este mundo en proceso de cambio. Sin embargo, en 2016, más de la mitad de los adultos no participaron en el aprendizaje para adultos y la pandemia redujo aún más sus oportunidades para hacerlo, sobre todo de las mujeres, como se indica en la ilustración que sigue. En el informe se sostiene que es preciso que los educadores trabajen más estrechamente con otros sectores gubernamentales y empresariales para contribuir a fomentar vías flexibles de acceso y salida de la educación que evolucionen a la par de las demandas del mercado laboral.

Es fundamental que los gobiernos impulsen su inversión en educación para afrontar las fuentes de desigualdad de oportunidades. Según un nuevo informe de la OCDE, esto ayudaría a crear condiciones más equitativas para que las personas de todas las edades adquieran las competencias que les permitan acceder a mejores empleos y a una vida mejor.

Así lo indica también textualmente el Panorama de la Educación (Education at a Glance 2021), donde se informa que uno de cada cinco adultos en todos los países de la OCDE no han finalizado la educación media superior y en algunas naciones, un considerable porcentaje de los niños abandonan sus estudios antes de terminarlos. En 2019, en cerca de un cuarto de los países de la OCDE, por lo menos uno de cada 10 jóvenes en edad escolar no estaban matriculados en la escuela. Sin embargo, algunos países lograron avanzar: entre 2005 y 2019, la tasa de jóvenes no escolarizados en el nivel de educación media superior bajó más de 15 puntos porcentuales en México, Portugal y la Federación de Rusia.

En el informe se sostiene que la condición socioeconómica influye más en las competencias de lectoescritura de los jóvenes de 15 años de edad que el género o el país de origen, pero algunos sistemas educativos son mucho más resilientes a las desventajas sociales que otros. Asimismo, la condición socioeconómica tiende a influir en la orientación de los programas que los estudiantes eligen: aquellos cuyos padres carecen de educación terciaria son más propensos a optar por una formación profesional técnica en la educación media superior. Aquellos sin educación media superior enfrentan desventajas en el mercado laboral. En 2020, la tasa de desempleo de los jóvenes adultos que no finalizaron su educación media superior era casi dos veces mayor que la de quienes contaban con cualificaciones más altas.

“La pandemia de COVID-19 afectó gravemente a los sectores de salud, económicos y sociales, y puso de manifiesto algunas debilidades sistémicas que entorpecen una auténtica movilidad social”, declaró el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann, al presentar el informe en París. “La igualdad de oportunidades es un componente esencial de una sociedad democrática fuerte y unida. A diferencia de las políticas que atienden las consecuencias, la educación puede hacer frente a las fuentes de desigualdad de oportunidades. Impulsar la inversión en una educación mejor y más pertinente será clave para apoyar a los países en su tarea de lograr la prosperidad económica y social.”

De acuerdo con el informe, el origen de los inmigrantes suele influir en su trayectoria de aprendizaje, en tanto que las perspectivas de empleo de los adultos nacidos en el extranjero varían mucho de un país a otro. En casi todos los países con datos disponibles, la tasa de finalización de la educación media superior de los inmigrantes de primera o segunda generación fue menor que la de los no migrantes. Los resultados obtenidos en el mundo laboral varían mucho en el caso de los adultos nacidos en el extranjero con diferentes niveles educativos, lo cual refleja la oferta y la demanda de distintas competencias, las dificultades que los adultos nacidos en el extranjero con educación terciaria afrontan para acreditar la educación y la experiencia alcanzadas en el extranjero y menores expectativas en términos de sueldo de los trabajadores extranjeros en algunos países.

También persiste la desigualdad de género. Los chicos son más propensos que las chicas a repetir un grado a mostrar un desempeño deficiente en lectura, y tienen menos probabilidades de finalizar la educación media superior. Los chicos suelen estar sobrerrepresentados en las carreras profesionales técnicas y es menos probable que accedan y finalicen la educación terciaria. Las mujeres también superan a los hombres en la tasa de participación en la educación formal de adultos. No obstante, se mantiene su escasa probabilidad de emplearse y su sueldo es aún menor que el de los hombres en todos los niveles de logro educativo y en todos los países de la OCDE, incluso aquellas tituladas en la misma disciplina.

La inversión en educación es clave, pero, en términos generales, el incremento del gasto en ella no ha generado mejores resultados, lo cual sugiere que los países deben estudiar con mayor detenimiento la manera de invertir los recursos con mayor eficacia y asegurarse de que se destinen a cubrir las necesidades existentes. En promedio en los distintos países, en 2018 el gasto en instituciones educativas ascendió a cerca de 9 300 dólares por estudiante en el nivel preescolar; a 10 500 dólares en los niveles de primaria, secundaria y postsecundaria no terciaria, y a 17 100 dólares en el nivel terciario. El sector público financia en promedio el 90% del gasto total en escuelas primarias y secundarias, niveles a menudo obligatorios en la mayoría de los países de la OCDE, y el 66% en el nivel terciario.

Dos tercios de los países comunicaron que en 2020 habían aumentado el gasto público en educación como apoyo a la respuesta educativa a la pandemia de COVID-19 y alrededor de tres cuartos de ellos dijeron haberlo aumentado en 2021. Sustentar dichas inversiones será imprescindible para revertir la pérdida en materia de educación, desarrollar la capacidad de los profesores de adaptar las estrategias de aprendizaje a las necesidades individuales de los estudiantes, y aprovechar las inversiones realizadas para integrar la tecnología en la educación.

El Panorama de la Educación 2021 incluye un informe especial: El estado de la educación en el mundo: 18 meses de pandemia(The State of Global Education – 18 months into the pandemic). En él se revela que la magnitud de las pérdidas de oportunidades educativas en el aula ha sido muy considerable en muchos países. Cuanto más alto el nivel educativo, más tiempo permanecieron cerradas las escuelas en promedio. En todos los países de la OCDE, el número de días de cierre total de las escuelas representa cerca de 28% de los días lectivos en un año escolar regular en el nivel de preprimaria y más de 56% en el nivel de educación media superior en promedio. Esto afecta la educación equitativa: en tanto que la mayoría de los sistemas educativos en el mundo cambiaron al aprendizaje a distancia, a los estudiantes de entornos desfavorecidos puede resultarles más difíciles estudiar desde casa de manera eficaz.

En el Panorama de la Educación se presentan estadísticas nacionales comparables que miden la condición de la educación en el mundo. En la publicación se analizan los sistemas educativos de los 38 países miembros de la OCDE, así como los de Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, la Federación de Rusia, India, Indonesia y Sudáfrica.

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