La universidad debe afrontar su transformación digital si quiere ser relevante en el futuro y cumplir la misión que la sociedad le ha encomendado. Es la conclusión a la que han llegado expertos internacionales reunidos en el Congreso ’Los futuros de la Educación Superior’, organizado por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
Durante dos días, el Centro de Convenciones de Lima se convirtió en un gran foro de diálogo y debate acerca de los retos que afronta la enseñanza superior en las próximas décadas. Desafíos como la digitalización, la empleabilidad, la adaptación a las necesidades del territorio o la educación en línea y hacia dónde va, han sido algunos de los contenidos tratados en el Congreso.
La segunda y última jornada del Congreso, comenzó con la ponencia de Efraín González de Olarte, ex rector y catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y miembro del Consejo Asesor de UNIR. En su exposición sobre ‘La transformación digital de las universidades’ ofreció su perspectiva de cómo se presenta el nuevo horizonte para las instituciones superiores de enseñanza: lo hizo haciéndose preguntas acerca de si es posible transformar una universidad presencial en virtual. La solución, según el académico es “una universidad que debe cambiar en ámbitos tales como la enseñanza y la formación, la investigación, la administración, las relaciones con el entorno y la empleabilidad de los egresados”.
La apuesta de González es un modelo que transite de lo presencial a una universidad híbrida que permita la alfabetización digital tanto del alumnado, como de profesores, asimismo acelerar el paso de las administraciones a la virtualización.
Ese desafío, afirmó, también plantea dilemas. “La transformación digital es un proceso que está aumentando la divergencia en el desarrollo de las universidades, las más desarrolladas, públicas o privadas, se alejarán de las menos desarrolladas”. Por eso, “el papel del Estado y del empresariado comprometido con el desarrollo humano será crucial”, afirmó. No faltó en su ponencia la perspectiva ética para afrontar las desigualdades internas que existen entre países en materia educativa. “Para ello se requiere activar la triple hélice: universidad, empresa y Estado.
Tras la exposición Efraín González, el moderador, Rubén González, vicerrector de Ordenación Académica de UNIR, dio paso a la participación de Juan Miguel Malpartida, director general de Educación Superior Universitaria (DIGESU), MINEDU (Ministerio de Educación) de Perú, que recordó los efectos de la pandemia. “Esto provocó una nueva realidad virtual, hasta tal punto, que cambió la ley universitaria y los que querían trabajar tenían que formarse, pasarse de la presencial a la virtual.
Por su parte, Sandro Marcone, consejero del Consejo Nacional de Educación de Perú, volvió a plantear preguntas, aún sin respuesta: “móviles en el aula, sí o no? ¿enseñanza híbrida que sea solo en cambio de espacio o también en la pedagogía?”. Desde su punto de vista la clave está en el propósito. “La transformación digital no es un fin es un medio. Tiene que ver con la transmisión de conocimientos y con la empleabilidad, sin olvidar la equidad”.
Margarita Villegas, directora de Innovación y Tecnología UNIR, quien ya había participado como ponente en la jornada anterior, puso énfasis en que “Debemos tener criterio de cómo y hacia dónde vamos”. Para ello, es básico “la gestión del cambio y de la incertidumbre. Los equipos, las estructuras, los docentes. Todos funcionamos en base de procesos y la tecnología los cambia y nos hace pensar”.
Fernando Valenzuela, Instituto ASPEN, refiriéndose a la transformación digital animó en su intervención “a perder el control, ya que es el medio para adquirir agilidad”. Propuso cambiar el nombre de “Universidad por Multiversidad. Múltiples segmentos, múltiples generaciones, en múltiples etapas de nuestra vida través en múltiples formatos con múltiples formatos.
Fabricio Guevara, rector de la UNEMI (Universidad Estatal de Milagro) de Ecuador remarcó la necesidad de cambiar las leyes para eliminar los obstáculos que las Universidades en línea tienen que superar.
La jornada de debate y diálogo se hizo con la presentación del estudio CAPPES ´El futuro de la educación universitaria a distancia en el Perú: retos y posibilidades. Jorge Mori, exdirector general de Educación Superior Universitaria del Ministerio de Educación de Perú, desglosó su contenido a modo de fotografía de lo que es la educación en el Perú. El documento parte de un concepto global de la educación a distancia y sus tendencias, para posteriormente contextualizarlo en el país andino. La regulación, los desafíos estructurales de la demanda, los resultados arrojados por una gran encuesta y las variables en el escenario actual hasta el 2030.
Tuvo lugar el acto de presentación del sello de acreditación de la calidad de la Educación Superior a distancia ‘Kalos Virtual Iberoamérica”. Ana Capilla, directora de Educación Superior y Ciencia de la Organización Estados Iberoamericanos (OEI), en conexión por streaming, habló de la necesidad de crear un distintivo que reconozca la calidad en la educación en línea. “Es básico que la universidad online se someta a evaluación con unos objetivos claros de calidad”
UNIVERSIDAD, SOCIEDAD Y EMPRESA
El segundo panel del día cerró el ciclo de mesas redondas que en un total de seis fueron desarrollándose durante el Congreso. Bajo el título ´Universidad, sociedad y empresa: redefinir las relaciones´, Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid, hizo un pormenorizado análisis de la relación entre la educación y la empresa en el contexto social, uno de los pilares argumentales del Congreso. Empezó hablando de la formación, la investigación y la transferencia del conocimiento y la responsabilidad social como pilares de la educación.
“Tenemos que crear ciudadanos y tenemos un compromiso con la sociedad que crea en la igualdad”. Se lamentó de los efectos del Covid y cómo frenó la investigación, “que ha hecho de la gobernanza algo completamente distinta. Pero se ha demostrado que somos capaces de dar servicio de reaccionar y de adaptarse a las circunstancias”.
Goyache también reivindicó el papel institucional de la universidad, alejando esos “mantras” que nos ven como estructuras anticuadas que no sabe relacionarse con la sociedad. “Trabajamos con, para y por la sociedad. Por eso hoy día somos más proactivas, más estratégicas y tenemos que ser más atractivas y útiles cara a las empresas, para generar confianza y redefinir las relaciones”. No se olvidó de subrayar lo que en última instancia se busca desde la enseñanza: personas. “No podemos olvidarnos del componente ético-humanista de la institución”.
Tras la exposición de Santiago Cueto, miembro del Consejo Asesor UNIR Perú, dio la palabra a Juan Fernando Correa, director de CONFIEP (Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas, Perú) y de COMEX, quien dio una perspectiva reflexiva sobre la aceleración de la digitalización en la actividad económica. “Ahora contratamos en una misma empresa a filósofos y matemáticos, y nos abrimos a más actividades y especialidades. La empresa privada tradicionalmente se dedicaba exclusivamente a crear puestos de trabajo, pero ese rol está cambiado y ahora empieza a apoyar a la educación”.
Otra visión empresarial fue la ofrecida por Gabriel Miró Quesada, presidente del Grupo El Comercio de Lima. Sacando a la luz nuevamente la pandemia, enfatizó que “permitió romper muchos tabús y paradigmas, poniendo en valor el potencial de desarrollo de las empresas con el nuevo entorno de la virtualidad”.
Ricardo Vega Llona, miembro del Consejo Asesor UNIR Perú, puso sobre la mesa su
experiencia en la actividad privada y como servidor público -fue senador de la República-, para que los caminos de universidad y empresa se encuentren. “Caminemos juntos, que se pierda la desconfianza”, aseveró. De esa relación Catalina Vélez, consejera del Consejo de Educación Superior (CES), Ecuador, destacó ciertas neblinas, pero también certezas. “El desarrollo del Ecuador al margen de la universidad es imposible.
Una vez terminado el ciclo de paneles -hasta seis durante el Congreso-, le tocó el turno a la última conferencia magistral. Francecs Pedró, director de UNESCO-IESALC, bajo el título ‘La educación superior en América Latina y el Caribe’ describió el panorama educativo. Destacó la reafirmación de dos principios de la educación superior: como bien público y el derecho universal de disfrutarla todas las personas. Se refirió a la reducción de matrículas como consecuencia del Covid, perdiendo por el camino “no solo estudiantes, también aprendizajes.
Entre el 10 y 15 por ciento de las matrículas se dieron de baja en América Latina y Caribe, afectando especialmente al estudiante femenino. A esta situación adversa, Pedró hablo de luces y alternativas. “Ante tres declinaciones de una misma inequidad antes, durante y en la graduación: una respuesta de creación de nuevas universidades, diversificación, interculturalidad, acción afirmativa y mejorar de la financiación del estudiante”.
En los preámbulos de del cierre definitivo del Congreso, Hugo Díaz, expresidente del Consejo Nacional del Perú y miembro del Consejo Asesor de UNIR, que como relator oficial realizó una síntesis de las dos jornadas: jalonadas por reflexiones acerca de los desafíos, potencialidades y limitaciones en la educación superior, sobre la digitalización y la empleabilidad.
El colofón lo pusieron las palabras de Américo Guevara, rector de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) y presidente de la Asociación de Universidades Nacionales del Perú (AUNAP), y Rafael Puyol, presidente de UNIR, que dieron por clausurado “Los Futuros de la Educación Superior”. Como dijo Nelson Mandela, “La educación es el arma más poderosa para puedes usar para cambiar el mundo”, parafraseó Puyol para concluir.
