Esta evolución es debida a subidas generalizadas en la mayoría de sus componentes. Entre ellos, cabe señalar las de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y las de los carburantes y combustibles, así como el comportamiento de los precios de la electricidad, que este mes disminuyeron pero menos que en febrero de 2021, referencia para la tasa interanual.
Respecto a la tasa mensual, los precios de consumo registran en febrero una tasa del 0,6% respecto al mes de enero, según el indicador adelantado.
El contexto actual de inestabilidad internacional en zonas que además son especialmente influyentes en el sector energético, podría tener un impacto en los precios y determinar su evolución al alza. Todo hace prever que el nivel adquisitivo se reduzca a lo largo del año y por lo tanto disminuya la capacidad de consumo y por tanto, la producción y la actividad económica, algo que ha resaltado el Consejo General de Economistas en el «Observatorio Financiero» publicado este lunes.
Además, si el conflicto bélico se mantiene, a largo plazo no sólo podrían verse afectados los precios sino que la cadena de suministro global, integrada en el sistema financiero internacional, podrían sufrir también las consecuencias de las decisiones que se tomen como medidas de contención a Rusia. El funcionamiento de la logística internacional ya estaba afectada desde que la actividad económica empezó a recuperarse de la pandemia, pero esto podría suponer un nuevo golpe para el sector.