Desde jóvenes queriendo tener un dinerillo, hasta adultos hechos todos unos profesionales en su trabajo. En bicicleta, en moto, en coche, andando, en patines, en patinete eléctrico, etc. Hace años apareció la figura del Rider, esa persona que trae tus pedidos a domicilio. A veces son tan rápidos que te los traen quemando; más recién hechos, imposible. Desde los de Telepizza hasta los de Glovo y muchas más.
Conozco a una persona que se vino a España a trabajar porque en su país (de Latinoamérica) llegó a la edad de jubilación y tenía 1 dólar de pensión. Trabajó toda su vida como un burro y le quedó solo eso. Una vez aquí, tras intentos y no encontrar nada debido a su edad, cómo no…decidió emprender y darse de alta como autónomo y así, trabajar como repartidor en bicicleta con una empresa bastante conocida de delivery.
Pronto, adquirió numerosas recomendaciones de los clientes (amabilidad, rapidez, educación). En su PDA no paran de llegar avisos por el aumento de valoraciones, a día de hoy trabaja como un bestia en nuestros horarios más cómodos (partidos de fútbol, cenas, cumpleaños, horas de la comida) para ganarse el pan.
Para mí, esta persona tiene todos mis respetos. No es un trabajo fácil salir a repartir en bicicleta con viento, lluvia, granizo o un calor que te mueres. Es muy difícil.
Hay empresas en las que tienes pedidos asegurados siempre que sales a la calle y otras en las que te ves casi que forzado a trabajar en las peores horas, más tirando a la tarde-noche, para sacar dinero. Unas pagan más y otras menos.
La mayoría de ellos, pese a la entrada en vigor de la famosa “Ley rider”, siguen cumpliendo como autónomos, y es que esto beneficia a las compañías siempre: los repartidores son los que pagan la gasolina, el seguro del vehículo si utilizan, otro seguro de responsabilidad civil que suele ser obligatorio, las reparaciones, la cuota de autónomos, sus vacaciones (ya que no se lo suelen permitir), además de una cuota o canon por utilizar la PDA y utilizar el nombre de la compañía para la que trabajan. Y qué hablar de los impuestos, cada 3 meses a liquidar el IVA e IRPF.
Es un trabajo muy duro y esclavo si se hace por su propia cuenta y riesgo, pero… ¿y qué hay si trabajas por cuenta ajena?
Aún con el cambio normativo, siguen existiendo irregularidades. Todavía se exige al empleado “ponga la moto o el coche”. Se les hacen contratos ridículos en los que figuran unas horas y luego trabajan el doble, además de ciertas cláusulas en las que muchas veces figura la obligatoriedad de recorrer una distancia en tanto tiempo y de cumplir con un número de pedidos en un rango muy bajo de tiempo. Si no llegas a cumplirlo, te despiden.
Estas circunstancias varían en función de la compañía, unas son más flexibles que otras, pero es muchas veces un sin vivir. Luego, no se extrañen las compañías, que tengan multas de tráfico acumuladas, prácticamente han de ir volando los empleados para cumplir sus objetivos.
Pero ojo, pasa lo mismo con los empleados de paquetería, un sector también en pleno
crecimiento desde el inicio de la pandemia y muy sacrificado. En algunas empresas, has de entregar un número de paquetes diarios y los sábados solo se cobra aparte si repartes más de cierta cantidad. Hay que sumarle que hay casos en los que si se trabajan 8 horas, pero tienes que estar esperando bastante más tiempo sentadito en la furgoneta a que lleguen pedidos, por